Porra!!!!! una, dos, tres.... !!!

Ayer fue la mejor noche desde que llegamos a Sudáfrica, aunque en Europa tuvimos mejores, eso es un hecho. Por fin se decidieron a que el alcohol fluyera y compramos un par de botellas de vino en el Checkers y los artilugios necesarios para hacer sándwiches (al estilo del Chicharito pero sin las cejas depiladas). Compramos unas botellas de unas uvas raras y emprendimos el vijae al Internet y luego al hotel porque ya moríamos de hambre.
Cachuchas se encargó de servirnos las viandas y yo las bebidas pa que resbalarán a gusto esos productos que tanto anuncia la selección y que parece que ni comen porque en la cancha ni lo demuestran.

Hicimos mal los cálculos y esas dos botellas no nos alcanzaron ni para hacer el primer buche y tuve que sacar la reserva federal que traía desde el avión de NYC a Londres. Como recordarán, un sobrecargo jotolón quería ligar y me regaló muchas botellitas de vodka y llegó el momento de darles matarile. ( Yo a eso no le entro eh, a las joterías, al vodka si).
Entre drink y drink, mis canchanchanes bajaban a echarse un cigarro porque no pueden vivir sin fumar. En una de esas, mi papá nos acompañó y se llevó al ya World famous balero e hizo una jugada de mil puntos ( que ni sé que es) y festejó como si México hubiera ganado el mundial o ya de perdis como si Niurka le hubiera dicho que se le iba a encuerar. La cosa se puso tan buena (el balero eh, no lo de Niurka), que hasta se ha institucionalizado el “balero shot” y el que la cajeteé se tendrá que aventar un drink de tequila en días que juegue el TRI.

Pero toda fiesta tiene sus consecuencias y nos amaneció y había que madrugar para ir a grabar la cápsula para Primero Noticias con Clark y Laura G. Acá mis 3 representantes traían una cruda criminalidad. De hecho destilaban el alcohol al estilo de esa novela que tanto me gustaba de Destilando Amor, namás que estos eran más burdos y era la porquería esa de Cuervo la que destilaban.

Manejamos durante 40 minutos al hotel de concentración de la selección y ahí empezó el show que ya todos vieron en la televisión: me subí a una camioneta que transportaba cemento a gritar México, mi papá le gritaba a Cuauhtémoc que éramos chilangos y que ya nos abriera y las porras nos salían todas disparejas. Igual nos divertimos muchísimo y ojalá pronto salga algo así que morimos de risa cada vez que lo hacemos.

Después de eso nos fuimos a comer a Mcdonald´s como de costumbre y me atasqué una malteada de fresa que no tomaba desde que vivía en Shanghai y cada vez que le daba un trago, me daba remordimiento de conciencia porque es o significaría el incremento de la Longiness ( y no los relojes). Con la panzuda llena, fuimos al Soccer City y otra vez empieza el show de mi papá. Ya lo pueden observar en la foto.

En el regreso al hotel, mi papá iba en su fiesta de costumbre pero ya le hemos dicho mil veces que mientras maneja no puede ir haciendo tonterías y menos porque aquí se maneja del otro lado y hay que ir vivaracho. Qué pasó? Le acabó pegando a otro coche en pleno periférico y ya se nos estaba armando la gorda ahí, pero al final el negrito sandía ya no digas picardías se puso blandito y ya no la hizo de jamón.

En las fotos podemos apreciar el hotel de la selección, mi papá con los bafana bafana viendo quien grita más, en otra con nuestros amigos Mauricio Clark y Laura G y en el Soccer City, lugar de la inauguración.

Y así las cosas hasta el momento. Estos siguen arranadotes y yo ya los dejo para irnos a subir este post.