No sè què pensar de Korea. Definitivamente es un lugar de contrastes, en eso se parece mucho a Mèxico. Por un lado, està la modernidad y todo lo que ellos conlleva. Separan la basura hasta la ùltima migaja, pero lo irònico es que la ciudad està muy sucia, por moentos hasta parece Tepis Tepis en viernes de quincena antes de navidad.
Este es un lugar muy globalizado, sin lugar a dudas. Las grandes marcas se encuentran aquì, eso si, todavìa no hay Pozole marca La Chata y menos chlaquiles rojos Mi Viejo, esos a los que namàs les echas agua. Lo ùnico que hay mexicano son las cervezas y no consumì ni una. Acà hay Negra Modelo, Corona y ayer mientras buscaba un Mcdonald’s vi XX Lager. Eso si, què trabajo encontrar un mèndigo Mcdonald’s en la zona financiera, que se supone siempre es lo màs globalizado.
Les cuento que el hostal no estaba nada mal pero al ser atendido por los dueños y siendo tan chiquito como que veìan cada paso que dabas y què flojera. Màs que hotel parecìa Fox River antes de que Michael Scofield escapara. Total que dos veces perdì mi llave del cuarto. Ayer sabrà Dios donde se me cayò y tuve que ir al cerrajero koreano a que me hicieran otra y para colmo hoy a las 6 de la mañana que ya me venìa al aeropuerto, quise entrar al cuarto por la maleta y surprise! Dejè la llave adentro y no habìa nadie para abrirme. Lo bueno es que el dueño se despertò al oir mi escàndalo tratando de forzar la puerta al màs puro estilo de Sucre robàndose un coche en Prison Break.
No todo es malo por estos rumbos tejumingos. Como siempre, me dediquè a visitar los estadios de fùtbol. Antier fui al estadio del Mundial y realmente superò mis expectativas y lo tengo que incluir en mi top 10. Eso si, que tristeza me dan los estadios vacìos, son las tumbas màs grandes del mundo cuando no hay partidos que los enaltezcan y les den vida. El Seoul World Cup Stadium es un ejemplo para cualquier lugar del mundo. Abajo de una de las cabeceras hay un sùper, un Starbucks y hasta unos cines. Son pocos los estadios que gozan de estos privilegios. Imagìnense el Azteca con unos Cinemex y un Wal Mart ahi junto a los vestuarios del Amèrica (primero que nada habrìa que vacunar a todos los clientes por aquello de alguna infecciòn proveniente del vestidor de los pollitos).
Ayer fui al Estadio Olìmpico. Ahi mismo estàn la alberca, el gimnasio, el parque de baseball y la mayorìa de las instalaciones usadas en 1988. Es increìble como lugares tan gloriosos pueden convertirse en monstruos deshauciados a los cuales no se les para ni una mosca. Fue decepcionante y es la realidad de estos templos sagrados.
La mayor sopresa sin embargo, la encontrè en Incheon, la segunda ciudad màs grande de Korea. El aeropuerto de Seoul-Incheon, sin dudarlo, es el mejor que conozco. Aun el de Hong Kong se queda corto. Es un mall aereo y creo que los asientos de las salas de espera estàn màs còmodos que mi cama de Shanghai.
Ahora si, ahi se las ven porque yo ya me tengo que subir al aviòn que me llevarà a los rumbos chinos de nueva cuenta. Y se vienen semanas tremendas, muchas cosas que hacer.
Què risa! Mi aviòn se llama Combi!
domingo, 29 de noviembre de 2009
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