Primero que nada y antes que todo, debo decirles que en Japòn no existen los cacahuates japoneses! De dònde los habremos sacado entonces? Alguien nos està timando y nosotros felices comiendo nuestros cacahuatitos marca Okinawa o ya de perdis Karate.
Mientras les cuento que mi expediciòn por tierras niponas me llevò a Yokohama. Una ciudad que està a 40 minutos de Tokyo y yo pensè. bueno, seguro es como Toluca para Mèxico o Saltillo para Monterrey. Mi objetivo era conocer el estadio donde fue la final del Mundial del 2002 y pues ni tardo ni perezoso me lancè como Juan por mi casa pensando que el estadio iba a estar esperàndome afuera de la estaciòn del tren. y nada què! Menuda sorpresa al enterarme que Yokohama es la segunda ciudad màs grande de Japòn y tiene 4 millones de habitantes ! Ya imaginaràn el lìo para encontrar el estadio y lloviendo. Todo pa que estuviera cerrado y ni la cancha pudiera ver por una rendijita. Igual estuvo locochòn.(es importante precisar que fue en ese inmueble donde el Barcelona le metiò 4 goles al Amèrica y sòlo de recordarlo me pongo de buenas).
Siguiendo con los estadios, no podìa irme sin conocer el estadio Olìmpico, ese lugar donde el Pachuca perdiò en el Mundial de Clubes con un equipo egipcio que ni yo conocìa. El mismo donde Carl Lewis se encargò de romper todos lso rècords de atletismo en 1991. Pues lo mismo: el estadio cerrado. Pero ya ven que uno es mexicano y siempre encuentra la forma de colarse, asì sea al mero estilo de MArgarito el enano, metido en una maleta. Decidì darle la vuelta a todo el estadio y ya cuando me invadìa la frustraciòn, que diviso una puerta de servicio abierta. Volteè para todas partes para checar que nadie me viera y que me enfilo ràpido a la puerta y ya iba a llegar cuando sabrà Dios de donde me sale un policìa taka taka !MMta maìz pensè. Este wuey aquì me lanza un kame ha meha al màs puro estilo de Dragon Ball y ya valiò. Y nada. Que me las ingenio otra vez y me lo chamaqueo dicièndole que sòlo voy a asomarme. Entonces, el poli se va muy confiado de mi y yo què hago? Me meto al estadio y busquè a alguien que me tomara una foto para constatar mi osadìa y al final encontrè una japonesita que sòlo se reìa y tapaba el flash de la càmara!
Asì pues, esto ha sido Tokyo. Ahora hay que volar a Seoul para saber si ya son parte del primer mundo o no.
Ya de salida...
Tengo un Airbus 380 justo enfrente. Nunca habìa visto uno y no es grande... es enorme! Son 5 los aviones que puedo observar desde mi lugar y 4 de ellos son 777. Son aviones grandes para màs de 250 personas y junto al A380 se vuelven una insignificancia. Y es que al intentar ver màs allà del aviòn, me es imposible porque tapa todo el panorama. Asì de grande es.
Estar contemplando este avioncito me hace recordar cuando de niño podìa estar horas pegado a las ventanas de los aeropuertos observando los jumbo. Esos aviones que durante dècadas fueron sìmbolo de poder para el que los tuviese. Los mismos tenìan màs o menos 15 ventanas en la parte de arriba y el segundo piso cubrìa una tercera parte del largo del aviòn y eso ya era una maravilla. Còmo hemos cambiado y sòlo puedo comprobar que igual nos estamos haciendo viejos. La evoluciòn de los pàjaros de acero asì lo demuestra.
Cuàl serà el futuro? Estos mega aviones se mantendràn vigentes por los pròximos 20 años y despuès de eso què sigue? Nos tocarà ver aviones de 3 pisos o regresaremos a las velocidades supersònicas? O la gente preferirà los aviones privados?
Mientras tanto, a seguir contemplando el A380 que llegò para quedarse!
Ya pusieron un 737 a lado y parece su hijo!
miércoles, 25 de noviembre de 2009
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1 comentario:
Creo que les dicen cacahuates japoneses por la cubierta, que es salsa de soya. Creo.
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