México ganó y lo hizo bien, mejor de lo que la mayoría esperaba, aun con el gol tempranero que decepcionó a más de uno adentro del Estadio Azteca. Cuando parecía que la historia reciente se repetía y que el Tri sumaría un nuevo fracaso, Israel Castro hizo vibrar a millones de mexicanos con un gol espectacular que hizo lucir al portero de Estados Unidos como un novato estirándose al máximo para alcanzar la pelota sin poder cumplir su cometido.
Los minutos que siguieron al empate de nuestra selección fueron de pocas emociones y en la tribuna, por raro que parezca, fueron minutos que parecieron horas, aun cuando el tiempo apremiaba a los nuestros. Con el empate, las dudas comenzaron a disiparse y parecía cuestión de tiempo para que México pudiese dar la estocada final. Sin embargo, los segundos fueron transcurriendo y el tan ansiado segundo gol no llegaba. La segunda parte del partido, mostró a un equipo ávido por encontrar la red y al enemigo que estaba más pendiente del reloj que cualquier otra cosa.
La desesperación vino en el segundo lapso, la selección no encontraba la llave que le diera el esperado gol y la tribuna sentía que el pasado nos había vuelto a alcanzar. Pero no fue así. De entre las cenizas apareció Miguel Sabah y le devolvió a México la sonrisa que tanto necesitaba.
El de ayer fue un partido que marcará las carreras de jugadores como Efráin Juárez, pero especialmente tendrá consecuencias en Miguel Sabah, un jugador que había tenido pasos oscuros por Chivas y Cruz Azul y que se hizo famoso por sus desafortunadas declaraciones al decir que le daba miedo jugar con el Estadio Azteca lleno. Ayer se hizo justicia y éste mismo jugador, sí, el mismo que había fallado un penal contra Costa Rica, sacó la cara e hizo vibrar a un país entero. Esa imagen posterior al gol, donde corre hacía el final de la cancha y con gesto incrédulo se tira, es el fiel reflejo de la impotencia que lo invadía y de la que se libró ayer en el suelo sagrado del Estadio Azteca.
Y así nos fue. La selección sumó 3 puntos cruciales en su camino a Sudáfrica, pero sobretodo, un país ganó en confianza y volvió a creer en los suyos.
jueves, 13 de agosto de 2009
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