miércoles, 7 de enero de 2009

El valor de la Interliga

Después de observar las primeras dos fechas del torneo Interliga es difícil entender que exista otro interés que no sea el monetario para la existencia de dicha competencia. Desde el pasado 2 de enero, ocho equipos divididos en dos grupos se enfrentan con la finalidad de definir a los equipos que acompañarán al San Luis a la siguiente edición de la Copa Libertadores.

Uno de los grandes conflictos derivados del Interliga son los plazos que tienen los conjuntos para prepararse. Cuando el América llevaba 28 días de haber terminado el último torneo de liga, Toluca apenas definía al campeón en aquella épica final contra Cruz Azul. Entonces, ¿cuál es la ventaja que otorga la Federación al mejor equipo de la liga local? Ninguna. Por más que se busquen beneficios de la Interliga es practicamente imposible encontrarlos. Lo que nadie puede discutir son las ganancias del Grupo SUM (Soccer United Marketing, por sus siglas en inglés), encargado de organizar cualquier evento relacionado con la FEMEXFUT en territorio estadounidense.



Aun cuando estamos en la primera semana del año y que la mayoría de las ligas a nivel mundial están en el descanso invernal, no se le debe restar importancia a que de esta competencia salen dos de los tres equipos que se medirán ante rivales como Boca Juniors, Sao Paulo y otras potencias continentales. Que los partidos se jueguen 48 horas después de darle la bienvenida al año nuevo, no es pretexto para que los entrenadores manden a los suplentes a la cancha y en otros casos a jugadores que ni siquiera son parte del primer equipo, tal como lo hizo Pumas el año pasado. El jugador debe entender que al ser un atleta de alto rendimiento está obligado a cumplir los compromisos adquiridos por sus equipos. Es injusto que los mexicanos radicados en Estados Unidos se vean obligados a pagar boletos de 125 dólares para ver a las reservas de las Chivas o acudir para observar el regreso de Pável Pardo y que el susodicho ni siquiera esté en el estadio.



Es tiempo de que el medio nacional sepa que los resultados tan anhelados a nivel clubes y selección sólo se obtendrán con la colaboración de todas las partes: medios de comunicación, jugadores, directivos y afición. Se debe priorizar lo deportivo sobre lo monetario, no hay que ser sabios para concluir que las ganancias económicas derivan de lo plasmado en la cancha. Es difícil de comprender que el Atlas haya acudido a la edición 2008 de la Libertadores por haber ganado un volado. Así se las gastan en la Federación Mexicana de Fútbol.